I
Dios
de poder y de misericordia, bendeciste las Américas en
el Tepeyac con la presencia de la Virgen María de Guadalupe.
Que su intercesión ayude a todos, hombres y mujeres, a
aceptarse entre sí como hermanos y hermanas.
Por
tu justicia, presente en nuestros corazones, reine la paz en
el mundo. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo,
Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
II
Santa María de Guadalupe, Mística Rosa, intercede por la Iglesia, protege al Soberano Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus necesidades. Así como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos: "Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios", alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación de la Fe. Tu eres nuestra dulce esperanza en las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la perseverancia final. Amén.
III
Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de
Dios, Señora y Madre nuestra. Venos aquí postrados
ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de
Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún
siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable
ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien
amo como a un pequeñito y delicado," cuando radiante
de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac.
Haz
que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras.
Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre,
la mas tierna, la mas compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos
bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen
de Guadalupe.
Virgen
Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre.
Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en
las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades.
En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en
las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte,
míranos con ojos compasivos y no te separes jamás
de nosotros.
IV
Virgen
de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección
sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad
a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad
y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan
Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños.
Guarda la unidad de las familias... Que desde esta tu Imagen
manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
VI
Virgen
Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de nuestra patria.
Aquí nos tienes humildemente postrados ante tu prodigiosa
imagen. En Ti ponemos toda nuestra esperanza. Tu eres nuestra
vida y consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal
regazo, nada podremos temer. Ayúdanos en nuestra peregrinación
terrena e intercede por nosotros ante tu Divino Hijo en el momento
de la muerte, para que alcancemos la eterna salvación
del alma. Amén
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