¡Milagroso y glorioso a Jesús Padre!
Con el alma llena de confianza
por los continuos favores
que alcanzas del cielo,
en bien de tus fieles devotos,
vengo hoy a tu presencia,
a rogarte que intercedas
ante tu Amado Esposo y Redentor
del mundo,
a fin de que oiga benigno
lo que solicito de su gran poder
e infinita misericordia.
A ti, Jesús padre que
recibiste
en el transcurso de tu larga y
santa vida,
tantas y tan repetidas muestras
de ser un alma privilegiada de su
Amor,
te atenderá bondadoso,
si le ruegas por mí
con ese ardiente fervor
que siempre te animaba
cuando te postrabas a orar,
a los pies del Santo Crucifijo.
Te ruego me ayudes a conseguir…
(hacer la petición con fe)
Por tus grandes meritos
de pronta obediencia
al dictamen de tus queridos
padres;
de abnegada resignación
ante las asperezas de tu esposo;
de caritativa y heroica
inmolación
de tus pequeños y amados hijos;
de aguda pena al ver las
dificultades
que tuviste para ingresar
en la morada de tus anhelos,
el claustro religioso;
por los intensos dolores
causados por la espina en tu
frente;
pide, Santa bondadosa,
me otorgue lo que por tu
mediación
y con ansia vivísima desea mi
alma.
Si Él quiere puede concedérmelo,
pues su mano divina es
omnipotente
en el cielo y la tierra.
Si fuera para mayor gloria del
Altísimo
y bien de mi alma,
que vea presto escuchada
y atendida mi petición,
cuyo buen resultado, a ruego
tuyo,
confío obtener del poder
y bondad de su paternal corazón.
Así sea.
amado padre,
abogado de los casos imposibles,
desesperados y perdidos:
ruega por tu devoto.
(esta frase se repite tres
veces).
Rezar el Credo, la Salve,
tres Padrenuestros, tres
Avemarías y tres Glorias.
Hacer la oración y los rezos
durante tres días consecutivos.
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