Me envuelvo ahora en un círculo luminoso de protección divina.
Ningún mal puede penetrar este circulo alrededor de mí.
Dios está conmigo; por eso, Dios y yo somos la fuerza más poderosa del mundo, contra la cual nada y nadie puede.
Estoy tranquilo, confiado, seguro de mí, despreocupado y libre.
La Luz infinita ilumina mis pasos y sólo pasaré por caminos bendecidos, divinos y maravillosos,
En el Nombre de dios padre Amen…
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