Santísima y poderosa Madre de Dios.
Tórtola solitaria,
Purísima Paloma,
Fénix de amor,
que sola en vuestro retiro,
renovando en vuestro corazón la
memoria
de la Pasión y Muerte de vuestro
Divino Hijo,
creció tanto en vuestra alma
el deseo de gozar su presencia,
y el sentimiento de considerarle
ausente,
que os puso la pena de tan recia
Soledad
en el último extremo de la vida,
sin que cosa criada os pudiera
servir de alivio
en tanta Soledad.
¿Qué Serafín Señora, podrá alcanzar
vuestro amor?
¿Ni que Querubín podrá explicar
vuestra pena
en este santísimo Misterio?
Yo le adoro y le amo,
por él os suplico me alcancéis
de vuestro amadísimo Hijo Jesús
solución conveniente a esta grave
necesidad:
(hacer la petición)
Sabiéndome amparada y escuchada,
concededme también os ruego
el don de la perseverancia en su
amor y servicio,
hasta verle glorioso,
para su gloria, vuestro honor
y mi utilidad eterna,
y suplicarle por mí, os imploro,
que no me niegue la gracia
que humildemente pido en esta oración.
Amadísimo señor te clamo diciendo
Amén.
Muy agraciada soy de recibir estas be diciones. Miles de gracias
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