Yo te saludo, Señor, estrella más brillante que el sol. Toda
la tierra te venera, acepta mi homenaje y acude en mi ayuda. Protégeme y lanza
Tu mirada de bondad sobre aquellos que están sufriendo y que luchan contra las
dificultades. Ten piedad de la soledad de mi corazón, de la debilidad de mi
fe. Ten piedad de todos los que lloran,
de los que rezan, de los que tiemblan. Dales a todos la esperanza y la paz.
Amén.