Por mucho tiempo, Santa Brígida
Había deseado saber cuántos latigazos
Había recibido Nuestro Señor en Su Pasión.
Cierto día se le apareció Jesucristo, diciéndole:
“Recibí en Mi Cuerpo cinco mil,
Cuatrocientos ochenta latigazos; son 5.480 azotes.
Si queréis honrarlos en verdad, con alguna veneración,
Con las siguientes oraciones, durante un año completo.
Al terminar el año, habréis venerado
Cada una de Mis Llagas”.
Padre Nuestro…
(Padre nuestro, que estás en el Cielo,
Santificado sea Tu Nombre;
Venga a nosotros Tu Reino;
Hágase Tu Voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario