Espíritus prudentes y benévolos
mensajeros de Dios,
cuya misión es la de asistir a
los hombres y conducirlos por el buen camino,
sostenedme en las pruebas de esta
vida,
dadme fuerzas para sufrirlas sin
murmurar,
desviar de mi los malos
pensamientos y hacer que no de acceso a ninguno
de los malos espíritus que
intenten inducirme al mal
Iluminad mi conciencia para que
pueda ver mis defectos,
separada de mis ojos el velo del
orgullo que podría impedirme
el verlos y confesármelos a mí
mismo. Vos sobre todo…
Mi Ángel de la Guarda, que veláis
mas particularmente sobre mí
y vosotros Espíritus protectores
que tomáis interés por mí,
haced que me haga digno de
vuestra benevolencia,
conocéis mis necesidades haced,
pues que me sea conducida la
gracia a la voluntad de Dios.
Amen.
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