Tú estás conmigo en momentos de fortaleza y de debilidad.
Tú conoces el temblor de mi corazón al aproximarse la hora
de prueba:
Concede sabiduría y pericia a la mente y a las manos de los
cirujanos y sus asistentes.
Haz que pueda volver a la plenitud de la vida con la
fortaleza,
no sólo por mí mismo, sino por quienes me rodean.
Permite que complete mis días en la tierra con dignidad y
propósito.
Que pueda despertar y percibir el alcance de tu poder
curativo ahora y para siempre jamás.
A su merced confío mi espíritu cuando duermo y cuando
despierto.
El protege mi alma y mi cuerpo, nada he de temer.
Amén, Amén, Amén

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