Poderoso Señor Jesús tú eres la
Palabra viva y eficaz, yo abro mi corazón, mi mente y mi cuerpo solo a ti,
Señor, y cierro mi corazón, mi mente, mi cuerpo a todo aquello que no sea de
ti, en sentimientos, pensamientos y acciones; solamente a ti te rindo tributo,
y te proclamo mi Rey y mi Señor.
Por eso, Señor, te pido que
borres desde lo más profundo de mi ser todo odio, rencor, resentimiento; yo
perdono a los que me han causado este mal, los perdono para siempre, Señor, y
los pongo a los pies de tu santa cruz; y toda fuerza indigna y espíritu inmundo
los expulse de mi corazón, de mi mente, de mi cuerpo y los mando ahora mismo a
los pies de tu cruz., para que tú dispongas de todo eso y no llegue a perturbar
tu paz en mi corazón, tu paz en mi ser, en mi familia, en mis hijos, en mis
nietos, hermanos, en todos los que tú me has encomendado.
Señor, basta que tu digas una
sola palabra, y este siervo tuyo quede sano, y estos siervos tuyos queden
sanos.
Señor, tú eres mi Señor y mi
Salvador, en toda mi vida, en toda mi memoria, Señor, consciente y
subconsciente. En mis sentidos internos y externos, y todo sea para tu gloria,
y que quede solo una Palabra impresa en mi corazón, en mi mente, que me inunde
completamente, y es tu nombre JESÚS, JESÚS, JESÚS (SE REPITE) varias veces y
ora un poco en lenguas y sigue murmurando el nombre de Jesús, en lenguas, y te
alabo y te bendigo Señor, gloria a ti….
Mi gloria es hacer tu voluntad
Señor, aquí estoy Señor.
Jesús, Jesús tú eres mi Señor, tú
eres mi Mesías, tú eres mi maestro, tú eres mi camino, tu eres mi única verdad,
tú eres mi vida, en ti lo tengo todo, sin ti no tengo nada, todo lo puedo en
ti, sin ti nada puedo Señor.
Señor, nos postramos delante de
ti, como este hombre llamado Jairo, como esta mujer que padecía ese flujo de
sangre durante 12 años. Creemos en ti Señor pero aumenta nuestra fe, y en
obediencia a tu señorío, yo perdono desde lo más profundo de mi ser, consciente
y subconsciente en mi memoria, en lo mas profundo en donde se guardan esas
heridas, esos recuerdos de los que me han lastimado Señor, yo lo perdono, y te
invito a que entres a lo mas profundo de mi ser, y trasfórmame y renuévame.
Señor, humillado y postrado
delante de ti, te consagro todo mi ser, cuerpo, alma y espíritu, todo, todo
Señor, para que encuentre paz en mi alma.
Y ahora Jesús en sintonía
perfecta con tu divina voluntad, tú me pides Señor que cambie de conducta y de
vida.
Señor, yo me levantaré para darte
gloria a ti. Y así postrado levanto mi ánimo.
Levanto, Señor, esta gracia que
tú me has dado, para ordenarle a mi subconsciente, a este don maravilloso de mi
memoria, de mi mente, lo que tú me has dado, Señor.
Porque tú me has dado, Señor, en
este corazón y en esta mente el poder para transformar la creación y darte
gloria.
Por esto ordeno a mi cerebro en
tu nombre que al ser liberada mi alma y mi corazón, ahora reciba tu bendición y
la salud.
Yo he decidido recibir la salud,
recibir tu vida, Señor.
Por eso, Señor, cada célula de mi
cerebro, cada área, cada hormona, cada elemento químico, esté en sintonía
perfecta con tu divina voluntad, para poder recibir tu vida y tu fuerza.
Espíritu santo, tu moras en mí,
tú moras en mí, tú estás en mí, me someto a tu voluntad, a tu divina autoridad,
y me dejo conducir y guiar por ti, Espíritu de Dios, rhua de Dios.
Que sienta, Jesús, los mismos
efectos que la mujer hemorroisa, que sintió en su cuerpo esta fuerza sanadora
de Jesús, y Jesús sintió una fuerza sanadora que salía de Él. Y solamente tocó
tu manto, Señor.
Y tú estás aquí, Señor, y estás
en mí, que brote de ti esta salud que he venido a pedirte. Pero ahora que he
recibido todo esto, Señor, es para darte gloria a ti en el servicio de mis
hermanos, siendo un instrumento de vida para ellos, y darte de comer en ellos,
y vestirte en ellos, y darte de comer y beber en ellos, y enseñarte en ellos,
Señor.
Que las obras de misericordia
sean mi motivo de ser y mi vida.
Papá Dios, gracias, Gracias por
tener misericordia, gracias por enviarme a tu Hijo en su cuerpo, sangre, alma y
divinidad.
Padre eterno yo te ofrezco el
cuerpo, la sangre y la divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo
en expiación de mis pecados y del mundo entero. (Hacer repetir 3 veces).
(Sigue con una canción de entrega
muy suave)
Y así como estamos postrados
vamos a decir por primera vez en Jesucristo, por el Espíritu Santo, esta frase
siempre abba, abba, Abba, Padre (hace repetir varias veces) y la prueba de que
somos Hijos de Dios, es que hemos recibido el Espíritu Santo, que nos hará
exclamar Abba Padre. (La gente va cantando en lenguas).
Hemos recibido el Espíritu Santo
y todo nuestro corazón y toda nuestra mente se une a la creación entera, a
todos los santos en el cielo y a todos los ángeles y a nuestra Madre santísima,
y podemos decir Yhesua, (cantamos Jesús, Jesús, ………, y podemos decir rhua,
rhua,,,,,,,,cantamos rhua.
Pon la mano en tu corazón, y
disfruta de este momento de cielo, de gloria, pon tus manos en tu corazón y
ofrécele todo tu ser, yo en ti y tú en mí, tú en mí alianza eterna; te acepto
oh mi Dios y soy templo vivo de tu amor, oh Santísima Trinidad, por tu gloria….
Se canta suavemente “Espíritu de
Dios llena mi vida, llena mi alma…”
Cierra tus ojos y levanta tus
manos hacia el cielo, tu cuerpo alaba al Señor, tu cuerpo es templo vivo (sigue
cantando en lenguas, muy despacio).
Transfórmame, lléname,
consuélame, Dios de amor (con la mano en el corazón). (Seguir cantando con la
mano en el corazón).
Y hay una persona hermosísima que
es la criatura más hermosa y es la Señora porque supo abajarse a nivel del
suelo y supo decir “he aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu
Voluntad”.
María, madre de Dios y madre
nuestra, enséñame a alabarle como tú le alabas, a adorarle como tú le adoras, a
amarle como tú le amas, porque tú eres la Reina de los Ángeles, la reina de los
predicadores, la reina de los mártires, la reina de los santos. Oh Maria, madre
mía.
(Termina cantando “Mi alma Alaba
al Señor…” Y se termina en lenguas.)
Cristo hizo suya nuestras
debilidades y cargó con nuestros dolores, y con nuestros pecados, y los clavó
en la cruz y murió por nosotros, para darnos vida y vida en abundancia.
Vamos a darle gracias por hacer
suyos todos los pecados que yo cometí. Gracias por clavarlos en la cruz.
Gracias por pagar por ellos. Gracias por resucitar, gracias porque en ti recibo
nueva vida. Gracias Jesús. Gracias Papá Dios, Gracias Espíritu Santo, gracias
santísima Virgen María.
Señor, tú dijiste. No temas,
basta que tengas fe. Hija, tu fe te ha curado, vete en paz, y quedó sanado de
sus enfermedades.
Hijo, tu fe te ha curado, vete en
paz, quedes sano de tus enfermedades. Kalita kum, kalita kum. Gracias, gracias,
bendito seas.
Con solamente tocarle el vestido,
se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada,
inmediatamente, no mañana, y lo reconoce como Señor, es cuando se seca la
fuente de su hemorragia, entonces hacemos conciencia de estas palabras
Pongan las manos en sus cerebros,
en su memoria y diga: “y sintió en su cuerpo que estaba curada, y siento en mi
cuerpo que estoy sano.” Bendito seas Señor
Y estoy sano en mi corazón porque
me has perdonado.
Y estoy sano en mi memoria porque
has quitado de mí todo aquello que me impedía recibir tu gracia, y en mi cuerpo
Señor porque has hecho tuyos todos mis dolores, todos las enfermedades, porque
no son de ti.. Bendito seas, Señor.
Cristo venció. Nosotros hemos
vencido. Cristo hizo suyas todas nuestras debilidades y cargó con nuestros
dolores. Aleluya. Amén.
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