Antes que fuisteis nacidos,
ya fuisteis santificado,
pues ya fuisteis visitado
por la que es madre de Cristo.
El te hizo su precursor
como un profeta enviado,
haz que nuestro ruego, san Juan,
sea por Dios, escuchado.
Sagrado precursor de Cristo,
que santificado en el vientre
de vuestra santa madre,
la bendita santa Isabel,
fuiste la admiración del mundo
en el ejercicio de las virtudes
y en los privilegios con que te
enriqueció Dios.
Haz que nuestro ruego, san Juan,
sea por Dios, escuchado.
Ángel en la castidad,
apóstol en el celo y predicación,
y mártir en la constancia
para reprender
al incestuoso Herodes.
Haz que nuestro ruego, san Juan,
sea por Dios, escuchado.
Ofrecisteis la cabeza al
cuchillo,
y en las luces sobrenaturales
de que te dotó el cielo,
profeta del que llegó
a decir el mismo Cristo:
“Entre los nacidos de las mujeres
ninguno mayor que Juan Bautista”.
Por ello, llegamos esperanzados a
ti,
tú que estás tan cercano a El
ruégale por nosotros
pide que nos conceda alivio en
las angustias
y solución en nuestros problemas,
pide san Juan, que escuche
nuestras plegarias,
intercede para que nos atienda
en esta urgente necesidad
y nos otorgue lo que con humildad
solicitamos:
(mencionar ahora la petición con
mucha esperanza)
Haz que nuestro ruego, san Juan,
sea por Dios, escuchado.
Ruego también al Señor,
que por tu penitencia me haga
mortificado,
por tu soledad, recogido,
por tu silencio, callado,
casto por tu virginidad,
espiritual por tu contemplación,
e invencible a mis pasiones
por la victoria que tu alcanzaste
de tus enemigos,
para que logre verte en la patria
eterna.
Haz glorioso san Juan que nuestro
ruego
Sea por Dios, escuchado.
En el nombre de Jesús Padre Amén.
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