Poderosa Santa María del Dulce
Nombre,
Virgen llena de gracia y colmada
por el Espíritu Santo;
tu Nombre, bendita María, nos
inspira esperanza y vida,
tu Nombre conforta al enfermo,
alivia al afligido
y llena de amor a todo el que lo
pronuncia;
tu Nombre está lleno de gracias y
bendiciones,
tu Nombre es protección y amparo,
pues cuando se invoca tu Nombre
el enemigo huye
y se obtienen de los Cielos todo
lo que se necesita.
Dulce y perfecta María, que has
amado y amas a Jesús
como ninguna otra Madre puede
amar,
y nos amas a nosotros, tus hijos
terrenales,
nos cuidas y proteges con dulzura
y benevolencia.
y no permites que suframos más de
lo necesario,
recíbeme entre tus manos y
ampárame.
Hoy, lleno de esperanza me
arrodillo ante Ti
y te pido derrames los tesoros
celestiales sobre mí.
Virgencita amorosa que nos
concedes con facilidad
las gracias y favores que nos
hacen falta,
pues tu poder en los Cielos es
grande
y cualquier cosa que pides a tu
Hijo para nosotros
te es concedida por difícil o
imposible que sea,
ahora que me siento lleno de
preocupaciones
y las necesidades me agobian de
noche y de día,
recíbeme en tu tierno corazón de
madre
y ayúdame a ser escuchado en mis
peticiones,
haz que reciba la asistencia
urgente que preciso
para calmar mi intranquilidad
ante este infortunio:
(decir el problema o necesidad y
lo que se desea obtener).
Gloriosísima María, amable Señora
y Reina mía,
Tú que tienes un lugar muy
especial
en el Corazón de la Trinidad
Santa
acércales mis preocupaciones y
obtén para mi
lo que con inmensa fe y gran
humildad he solicitado.
Oh Dulce Virgen María,
tu nombre es nuestra inspiración
y confianza,
al nombrarte nuestro amor hacia
Ti crece
pues nos sentimos acompañados,
atendidos y cuidados,
queremos que continúes atendiéndonos siempre
y nos favorezcas con tu habitual
rapidez y generosidad
y, por difíciles que sean
nuestras solicitudes,
queremos que seas nuestra
poderosa abogada ante Dios:
a tu amparo siempre nos acogemos,
a tus cuidados nos entregamos,
recíbenos Madre amadísima y
reconfórtanos
en nuestras enfermedades,
dificultades y problemas.
Ruega Madre Santísima del Dulce
Nombre
por nuestras vidas y nuestras
penas,
ten piedad de nosotros que somos
pecadores
y haz que podamos obtener el
perdón de tu Hijo;
Tú que viviste en la humildad y
en la sencillez de la fe,
haznos fuertes, justos y mejores,
para que seamos dignos de
alcanzar
las Promesas de Nuestro Señor
Jesucristo
y podamos un día verte y alabarte
junto a los Ángeles y los Santos
en la Gloria del Reino.
Amén.
Rezar tres Avemarías,
Padrenuestro y Gloria.
La oración y los rezos se hacen
tres días seguidos,
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