Poderosísimo bendito San
Jerónimo,
santo misericordioso y milagroso:
Tú, que siempre procuraste
el bien de todos los huérfanos,
por ese amor que te unió a ellos
en esta tierra,
cuidando de ellos con paternal
amor.
Ya que por ellos lo diste todo
te suplicamos que continúes
guardándolos
siempre con ternura desde el
cielo.
Rogad al Padre de las
misericordias,
para todos los educadores y
padres
el mismo espíritu de prudencia,
caridad y constancia que os
concedió.
Haced que todos los jóvenes
tengan un corazón afectuoso,
dócil y obediente.
Así serán fortalecidos
en el santo amor de Dios,
única fuente de felicidad eterna
y temporal;
descubrirán las insidias que les
tienden,
y vencerán los peligros que les
amenazan.
Procurad que reciban buenos
estudios,
y una buena educación,
para que así hagan frente a su
futuro
con posibilidades y los caminos
abiertos.
Pedimos para nuestros jóvenes
que sean alejados de caer en
vicios,
violencia y corrupción,
que sean protegidos desde el
cielo
en el duro camino de la vida
que tienen por delante,
haciendo frente a las
dificultades, problemas
y obstáculos que encuentren en su
camino.
San Jerónimo, da a nuestros hijos
fuerzas,
el vigor necesario, la salud,
y una espiritualidad comprometida
con Dios,
para que tengan horizontes y un
futuro
pleno de oportunidades,
prosperidad y progreso,
y después de haber edificado la
patria terrenal
con el ejemplo de sus costumbres,
pasarán felizmente a gozar de la
gloria celestial.
Así sea.
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