Gracias,
Padre Amado porque ya Tú tienes para mí el empleo perfecto. Ahora mismo Tú me
guías hacia él. Nada ni nadie puede evitar que yo sea guiado hacia él, porque
Tu Divina Inspiración me dirige hacia mi mayor bien.
Gracias,
Padre porque en
Tu gran agencia de empleos, mi solicitud es atendida y nunca
puesta en los archivos del olvido. El mundo está lleno de empleos para
terminarse y otros para ser empezados. Ellos necesitan de mis talentos y
habilidades que ahora ofrezco con amor.
Dios
no conoce de favoritismos ni de “Padrinos Políticos”, por lo tanto El me
proporciona el puesto que en justa Ley y equidad me corresponde, por mi
preparación y el deseo de servir. Yo doy gracias a Dios ahora mismo por mi
sitio de empleo perfecto. Escucho la voz del Señor que me dice:
“Tus puertas estarán abiertas; no se cerraran
ni de día, ni de noche”.
La
inteligencia Divina me guía a mi empleo perfecto en el momento propicio por los
senderos. La sustancia eterna del Espíritu es mi aprobación cotidiana y todas
mis necesidades son cubiertas, ahora y siempre. Padre, Tu pones en mi boca las
palabras adecuadas durante mi entrevista para el empleo en el día de hoy. Me
dirijo a esta entrevista confiado y en perfecto balance, ya que voy a ofrecer
mis servicios, no a solicitar un favor.
Tengo
fe en mi preparación, en mis talentos y en mis habilidades, no solo para
aprobar cualquier examen que tenga que tomar, sino para desempeñar el puesto
que Tu Oh Padre, tienes en proyecto para mí. “…Y antes que exclamen, responderé
yo”. Nos promete el Señor
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