"Oh Santa, que de la luz
recibís vuestro nombre, a vos confiadamente acudimos para que nos alcancéis una
luz celestial que nos preserve de caminar por los caminos del pecado y de
quedar envueltos por las tinieblas del error.
También imploramos por vuestra
intercesión que nos conservéis la luz de nuestros ojos, con una abundante
gracia para usar de ellos según la voluntad de Dios y nunca con detrimento de
nuestra alma.
Haced, Oh Lucía, que después de
haberos venerado y haber agradecido vuestro eficaz patrocinio en este mundo,
podamos finalmente gozar en el Cielo de la luz eterna del divino Cordero,
vuestro dulce esposo Jesús. Así sea. "
Fuente: www.magiaritual.com
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