! Oh, Madre de la divina sabiduría y por eso Madre
de Dios de Altagracia! Postrado a tus pies éste miserable tuyo viene a pedirte
dos gracias con esta oración.
La primera es una alta gracia de grande honra y gloria
para la tierra, pues es la exaltación de la santa fe católica, la extirpación
de las herejías, la paz y concordia entre los príncipes cristianos, las
victorias contra los infieles y la rendición de los cristianos cautivos.
La segunda es la gracia justificante para este
arrepentido pecador, que ya aborrece los viles deleites de la culpa, y propone
no ofender más a la bondad infinita.
Por tu mano, Señora, espero esta misericordia, para
que después de servirte en esta vida, llegue a gozar en la otra de la Divina
Gracia.
Para que más bien pueda contar las misericordias de
Dios, os pido atendáis a mi necesidad y me concedáis la gracia que os voy a
pedir.
(Aquí parándose un poco en silencio, pedirá cada uno
lo que necesite),
y después dirá:
y después dirá:
Así Madre mía lo espero de vuestra piadosa
liberalidad; más si acaso no conviniere mi petición, me resigno en tu santísima
voluntad; dadme paciencia para tolerar los trabajos y pasiones de la vida,
hasta el fin dichoso de verte con tu hijo Jesús en la gloría.
Amén
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