Escucha mi voz, gran hermano
nuestro, bondad de bondades, Negro Felipe, cuya luz esta con las
potestades celestiales, alma ejemplar de valentía inconmensurable, que
has recibido la gracia de Dios Todopoderoso. Hermano Negro Felipe, que
siempre has ayudado a todos los seres humanos, sin distingos, a enfermos
y vencidos, en esta hora especial de necesidad y tristezas, ruego a tu
valiosa alma me otorgues el poder de que el mal que mis enemigos me
hicieran sea disipado como el polvo en el viento, y nunca más deba
sufrir maldades. Protégeme contra todo mal, oh bondadoso Felipe, ruego a
Dios. Que así sea.
Amén
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