Claves para pedirle un favor:
Se
prepara un “baño de protección”, para contrarrestar a las energías
negativas y las gentes envidiosas, con disponer de un recipiente de
aproximadamente dos litros, en el que se introduce lo siguiente: Siete
dientes de ajo frescos, un pellizco de tomillo seco, un pellizco de
salvia seca y media cucharada dé albahaca seca.
Con ello mezclado en el recipiente, vertemos un litro de agua hirviendo y se espera a que enfríe de forma natural.
Posteriormente, se cuela la solución para evitar los restos de las especias y se vierte el contenido líquido en una bañera preparada, procurando el máximo calor que el cuerpo acepte. El viejo ritual recomienda un baño no inferior a siete u ocho minutos, así como la conveniencia de sumergir enteramente el cuerpo al menos tres veces.
Igualmente apoyarse con las siguientes plegarias u oraciones, preferiblemente memorizadas.
Invocación contra los envidiosos
“Dichoso el varón (la mujer) que teme a Dios, que tiene su deleite en sus mandamientos.
Su descendencia será poderosa en la Tierra; se bendecirá a la generación de los justos.
Habrá en su casa abundancia y riqueza, y su magnificencia perdurará siempre.
Brilla en las tinieblas como faro para los rectos el Clemente y
Misericordioso y Justo.
Prospera el varón (la mujer) que se compadece y presta con gusto, y regula con justicia sus negocios, porque no vacilara jamás.
El justo vivirá en un recuerdo eterno, no temerá la mala fama, pues firme estará su corazón, esperando en el Señor.
Su ánimo es constante, no temerá y mira alegre a adversarios.
Distribuye a los pobres largamente, su magnificencia perdurará por siempre, su poder se enaltece con honor.
El pecador al verlo se indigna; rechina sus dientes y se consume; pero el deseo de pecadores se frustrará”.
La mezcla de hierbas genera una gran interacción capaz de producir no sólo un bienestar físico, sino un fortalecimiento espiritual que después del baño y durante las horas siguientes eliminará las influencias negativas y las envidias, provengan de donde provengan.
No siempre el individuo es consciente de que su suerte, su éxito o simplemente, su bienestar, provocan envidia en determinada gente, particularmente de nuestro entorno. Y por contra, esa envidia acumulada puede influir negativamente sobre él (ella), cambiando radicalmente el curso de su fortuna, sin que razón aparente ni tampoco consciencia de que así ha ocurrido.
Por ello se recomienda esta sencilla ceremonia avalada por San Pascual Bailón, para no ser víctima de la envidia, o bien para que esa situación no se presente en nuestra vida; o para que, una vez que se ha desatado poder combatirla
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