Yo te amo, Señor mi fortaleza, mi
roca, mi baluarte, mi liberador. Eres la peña en que me amparo, mi escudo y mi
fuerza, mi Salvador.
En el templo se escuchó mi voz,
clamé por Ti en mi angustia. Extendiste tu mano y no caí, tu poder del enemigo
me libró.
Las olas de la muerte me
envolvían, me aguardaba la ruina, pero el Señor venció. Tu eres la luz que me
ilumina, quien abre mis caminos, Tú eres mi Dios.
En el templo se escuchó mi voz,
clamé por Ti en mi angustia. Extendiste tu mano y no caí, tu poder del enemigo
me libró.
Cuando yo invoqué tu nombre, con
mano poderosa, me salvó tu Amor. Son perfectos tus caminos, tus manos me
sostienen Tú eres mi Rey.
En el templo se escuchó mi voz,
clamé por Ti en mi angustia. Extendiste tu mano y no caí, tu poder del enemigo
me libró.
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