SANTA JUANA DE ARCO
Amada y gloriosa Santa Juana de
Arco, mi patrona especial, amiga y hermana en Cristo.
En este día vengo delante de ti para agradecerte
los favores que has obtenido para tanta gente que ha invocado tu mediación para
pedirte tú continúa intercesión, junto con la Virgen María, ante Jesús.
Ayúdame a luchar las batallas que
Dios me envía todos los días con el mismo coraje y dedicación que tuviste tú.
Aunque mis batallas pueden ser más pequeñas y
diferentes a las que tú fuiste llamada, necesito la ayuda para rendir mi
voluntad a la de Dios todos los días.
Así como llevaste una armadura
física, ayúdame a ponerme la armadura espiritual, la que San Pablo nos invitaba
a llevar, y así permanecer en estado de gracia.
Acompáñame en mi hora postrera
para que pueda entrar en la eternidad con fe en la divina misericordia de Dios
sin importar la clase de muerte que me
depare su santa voluntad.
Ayúdame a mantener mí vista en
Jesús, en su crucifixión, y en María Inmaculada como siempre lo hiciste tú.
Obtenme la señal de la clemencia que necesito en este momento de pesar: a mis
enemigos enséñame a derrotar contra la injusticia ayúdame a triunfar, de la traición
me tienes que liberar; con tu escudo defiéndeme sin cesar de la violencia y la
brusquedad, de las humillaciones y la indignidad, de la envidia y la
animosidad, y en especial intercede por mí para que pueda alcanzar: (hacer la
petición)
Santa Juana poderosa, enséñame a
ganar mis propias batallas, a tener constancia y perseverar, para que pueda
tener el honor y privilegio de estar cerca de ti en la corte celestial, alrededor de los tronos de Jesús y María y
alabándolos por toda la eternidad.
Santa Juana, virgen y
mártir, ruega por mí. Amén.